jueves, 2 de septiembre de 2010

La pregunta del millón

Todos o casi todos al conocerme y enterarse de que no soy de aquí, pese a que hablo bastante parecido, hacen la pregunta más obvia: ¿Porqué te mudaste a Buenos Aires?. La verdad que las respuestas dadas por mi, son variadas y no siempre se condicen con la realidad. Lo que pasa es que en realidad yo no estoy muy segura. En su momento creo que lo que me impulso realmente fue dejar el empleo que tenía antes de atentar contra la integridad física de mis jefes. Después se me fueron ocurriendo otros motivos, pero la verdad sea dicha, esos motivos los pensé después que ya había tomado la decisión. Todo comenzó con una pasantía en Buenos Aires. Me alojé en esa ocasión en un hostel de Palermo SOHO. Ahí me di cuenta de que en esta ciudad hay barrios lindos y tranquilos, y que no todo es el microcentro con su locura cotidiana. Mi decisión la comuniqué a mis jefes y familiares mediante sendos mails desde Salta la linda, donde también estaba de pasante. Cuando volví a Montevideo presenté mi renuncia formal y escrita, desmantelé mi departamento y me mudé. A veces cuando no tenía ganas de explicar mucho decía que me vine porque me enamoré de un argentino, pero la verdad que esa es la menos cierta de las respuestas. Algunas de las respuestas más sinceras incluyen que esta ciudad tiene más opciones en todos los sentidos, empleos, actividades culturales y cursos de los más diversos. También en cierto que aquí una se siente más libre que en una ciudad pequeña como Montevideo, dónde mal que nos pese es poco probable que no te encuentres con alguien conocido al salir el fin de semana. No es que sea tan pequeña Montevideo, pero como todas las personas suelen transitar solo una parte de la ciudad, dónde se encuentran los sitios de interés, es muy probable que se terminen cruzando a la salida del cine o en el mismo pub. Todos son detalles, que se van sumando y juntos me dieron motivos para cambiar de lugar. Por momentos, y sobre todo en los últimos meses, tuve que recordar estos motivos y pensar nuevos para no pensar en volverme a mi Montevideo natal. Pero luego de transitada la crisis volví a concluir que vivir aquí esta bueno. El único motivo que haría que la balanza se equilibre hacia la orilla oriental, se llama Nicolás y esta muy muy lejos, allá en la tierra de Abrahan Lincoln.

No hay comentarios:

Publicar un comentario