miércoles, 24 de noviembre de 2010

Todo un parto



No, no me refiero a la pelicula con Robert Downey Jr. que estan dando en este momento en todos los cines. La frase hace referencia a la obtencion de ese bendito - maldito - horroroso papelito magico alias DNI (documento nacional de identidad de la Republica Argentina). Desde que me mude a la Argentina, hace tan solo tres anios, estoy tras ese papelito. Comence con todo el tramite, paso a paso, unos mil millones de pasos. Con mucha paciencia, al principio, y esperanza comence con el primer papel, el permiso de residencia precaria. Este papelito te lo dan luego de obtener varios papelitos mas en Uruguay que deben pasar por el Ministerio del Exterior de alla y la embajada de la Argentina. La precaria sirve para pedir otro papelito llamado Cuil transitorio, que aparentemente es indispensable para tener un sueldo en este pais. Despues le sigue el permiso de residencia transitoria, por dos anios desde que inicias el tramite, osea que solo sirve por un anio y medio dada la tardanza del tramite inicial. Despues hay que pedir la residencia permanente. La cual en mi caso me negaron porque fui el dia de la madre a visitar a mi madre, valga la redundancia. Valga aclarar que en Uruguay el dia de la madre es en mayo, como en la mayoria de los paises del mundo, a diferencia de la Argentina que prefiere la primavera. En total solicite tres veces turno para el DNI, el primer turno lo perdi porque estaba por vencerse la residencia transitoria. El segundo turno lo perdi porque no habia salido aun el segundo permiso de residencia transitoria, porque no quisieron darme la permanente que habia pedido. Para el tercer turno pude ir, aparentemente estaba todo bien y luego de tomarme las huellas dactilares de los diez dedos y tomarme las fotos correspondientes, me dieron un papel que decia que en enero me envian el DNI a mi domicilio. Hoy llego felizmente a mi casa, luego de una ardua jornada laboral, y que encuentro? Un papelito que dice que mi tramite de DNI esta detenido hasta que presente no se que otro papelito, que nunca me habian pedido. En conclusion tengo que volver a pasar tres horas de cola para llevar el papelito y que con mucha pero mucha suerte, antes de los cuatro anios en este pais tenga el famoso DNI. Yo creo, a estas alturas, que el dia que me den el DNI voy a sacar un pasaje para mudarme a algun otro pais, Uruguay, Brazil o Estados Unidos, quien sabe.

Nota: continuo sin saber como usar tildes y enies en esta computadora.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Buenos Aires Eco


En la tarde del domingo recorri la capital de Baires en bicicleta. Hacia mucho que no andaba en bici por una ciudad, aunque al principio me dio algo de miedo estar tan cerca de los autos y colectivos, fue facil volver a acostumbrarme y lo disfrute muchisimo. Nos encontramos con una amiga en Palermo, en los parques de Palermo porque es ahi donde me deja el tren. Atravezamos la city hasta la costanera de Puerto Madero. Detras del super lujoso barrio de PM, junto al rio, se encuentra la reserva ecologica. No puedo creer que he vivido aqui tres anios y que aun no la conociera. Es algo espectacular e impactante, estar tan cerca del micro centro de una mega ciudad como BA y encontrarte de golpe en el medio de la naturaleza. Sentir el olor a vegetacion y al rio, sentir los cantos de aves y ver varias especies sobrevolando la zona es algo que no pense que se pudiere disfrutar sin salir de la capital. La recorrimos de punta a punta en bici, por caminos de tierra con piedras y rodeada de matorrales que sin ninguna duda alojan muchos apereas (cuises como dicen aqui).
Es algo que extraniaba mucho, sentir esa sensacion de naturaleza a mi alrededor. En Montevideo al ser tan pequenia la ciudad es facil salir de ella y estar en medio de un bosque, en una playa natural o en el campo. Aqui no es tan facil, pese a la preciosura de parques que hay por doquier, no es facil encontrar naturaleza mas natural, valga la redundancia. Ahora se que hay un sitio bien cerca donde huir de la city y me deja mucho mas tranquila, saber que esta ahi cuando se me haga necesario.

Nota: este post va sin tildes ni enies porque mi nueva computadora, netbook, tiene el teclado en ingles y no tengo la menor idea de como cambiar la configuracion. Sepan diculpar los horrores ortograficos.

domingo, 7 de noviembre de 2010

Menos de la mitad



Este 26 de noviembre cumplo 32 añitos. Los digo en diminutivo, porque la verdad que me siento una niña todavía. Será porque no tengo hijos, ni estoy casada, o porque sencillamente no me siento un adulto responsable. Va a ser el cuarto cumpleaños que festejo desde que vivo en la Argentina, aunque técnicamente es el segundo que festejo aquí, el primero lo festejé en Montevideo y el segundo lo festejé en París (mi regalito de los 30). Se supone que no son muchos años, pero porque te dicen señora en todos lados?. Según la fuente de información universal, la web, en Argentina la esperanza de vida es de 75.3 años y en Uruguay es de 76 años. Como yo nací en la vecina orilla elijo la segunda cifra, aunque no sean mas que unos pocos meses de diferencia. De acuerdo a esta última cifra llevo vivido el 42% de mi vida, a lo cual hay que restar esos primeros 3 años de los cuales nadie tiene recuerdo alguno, se podría decir entonces que llevo 29 años de conciencia. En resumen he vivido menos de la mitad de mi vida, he recorrido unos cuantos kilómetros, conocido mucha gente de diferentes nacionalidades y me he mudado unas ocho veces (pocas a mi entender), la mayoría de las cuales en estos 3 años de vida Bonaerense. Tengo dos títulos universitarios y una cantidad de estudios incompletos. He trabajado de niñera, lectora (le leía a una persona ciega), bibliotecaria, técnica de laboratorio, becaria de investigación, operadora de call center, y administrativa. Se inglés, algo de portugués, andar en rollers, en bicicleta, algo de diseño gráfico, biología molecular, cultivar parásitos unicelulares y también se bastante de cine independiente y europeo. No sé nada de otros idiomas ni jugar al truco, los cuales quedan en mi pendiente, ni tampoco jugar a ningún deporte, aunque de verdad no me interesa saber jugarlos. En fin, seguiré incluyendo experiencias de vida que me sirvan de anécdotas cuando la vida se torne mas lenta o tranquila, supongo, después de los 60 o algo así.

sábado, 23 de octubre de 2010

Life in Green



Ayer viernes 22 de octubre, fui con mi amiga Fernanda a ver Green Day en el Pepsi Music 2010. Sinceramente fue el mejor recital de mi vida, lástima que no son tantos para comparar, pero ciertamente fue una experiencia que voy a recordar siempre. Me compré el primer disco de Green Day en el 95´. Ese año me había comprado mi primer equipo de musica con CD. El primer CD que me compré fue Encomiun-a tribute to Led Zeppelin. Dokie el primer disco que hizo famosos a Green Day, fue todo una revelación para mi. No tenía nada que ver con lo que venia escuchando, en ese momento lo único no melódico que escuchaba era Nirvana. Recuerdo que me había aprendido todas la letras y las cantaba a los gritos (pobres vecinos jeje). Después los segui escuchando con Insomniac, Warning y mucho mas recientemente Americann Idiot. Estos fueron los discos que más escuché, aunque obviamente también parte del último 21st Century Breakdown. Ayer el espectáculo fue algo aluscinante, tres horas de shown donde pasaron por temas de todos sus discos, músicos invitados, Billie Joe que es una cosa adorablemente carismática (para ser el lider de un grupo originalmente punk es algo raro). Terminás amandolos, además de que estaba super adelante y los veía re bien sin necesidad de ver la pantalla, el sonido era excelente, todas las luces y fuegos artificiales, sin duda el carisma de Billie en el escenario fue lo mejor. Espero tener la oportunidad de volver a verlos. No puedo creer como después de 20 años de existir como grupo, y teniendo ya unos treinta y tantos años cada uno, siguen con esa energía arrolladora en el escenario. Sin duda el rock-punk es lo mejor para mantenerse en buen estado físico. Los amo Green Day!

lunes, 13 de septiembre de 2010

Malditas tentaciones

Esta ciudad tiene dos cosas que para mi son imposible de evitar: heladerías y panaderías. No creo que haya alguien que puede discutir que las panaderías de Buenos Aires capital son las mejores. Digo capital porque es el único terreno donde tengo experiencia. Estando cuasi a dieta, como estoy en este momento, pasar cerca de una panadería se me hace muy pero muy difícil. Para colmo tienen la cruel costumbre de poner vidrieras para que todos sepamos que están allí, calentitas y perfectas para acompañar el mate o café de la mañana. No sé como hacen para asegurarse de que su aroma llegue tan lejos, ni tampoco como hacen para que sea un negocio rentable siendo tantas en todos los barrios. Las heladerías tienen una característica que las hace aún más peligrosas, tienen delivery. No sólo están por doquier como las panaderías, sino que además con solo levantar el teléfono te llevan a tu casa esas delicias. Como son incluso más crueles, solo llevan dos cuartitos como mínimo. He llegado a comprar dos cuartitos comerme uno y guardar uno en el freezer para el día siguiente. Gracias a estas dos invenciones de esta maravillosa city, y a la existencia del concepto delivery en general, llegué a pesar muchos más kilos de los deseados. Ahora estoy en un plan de rebaja, que además de ejercicio, incluye dejar de tentarme con helados y facturas entre otras muchas cosas. Por el momento vengo soportando y eso que no hay reuniones doble A para los adictos a estas delicias.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

La caja boba: bicho difícil de soltar



Un día llegué a casa y no funcionaba la TV cable. La verdad que me preocupé, no solo porque no iba poder ver mis programas favoritos, sino también por la importancia que le daba a algo tan al pepe como ver TV. Desde hace un par de semanas he intentado abandonar lo más posible ese detestable hábito e imponer otro un poco más sano, la radio. La verdad que a veces se me hace difícil, dado que realmente lo de ver TV esta tan arraigado en mi que la prendo como acto reflejo. De hecho tengo el control remoto junto a mi todo el tiempo que estoy en mi habitación. Cuando me despierto lo primero que hago es prender la TV para evitar quedarme dormida con la luz y voces de El auto fantástico (programa que pasan de 6 a 6.30hs en el trece). De hecho el control remoto del equipo de música hace tanto que no sabe lo que son las pilas, que no recuerdo ni que pilas usaba. Pensé que tal vez sea una buena táctica sacarle las pilas al control de la TV. No sé si funcione o no, pero lo importante es ponerle ganas para no ser atrapada por esa caja boba que nos hace perder tiempo. Muchas veces ni siquiera llego a ver ningún programa, solo hago zapping durante una hora o más hasta que me aburro y me pongo a hacer otra cosa. El siguiente paso va a ser, además de escuchar radio o música, volver a practicar el hábito de la lectura que he abandonado desde hace un tiempo. Antes leía en el tren, pero desde que no uso ese medio de transporte para ir a trabajar a diario, no leí más. Paso a paso, iré mejorando mis hábitos, así como lo he hecho con el ejercicio. 

domingo, 5 de septiembre de 2010

Caminante no hay camino...



Hace un poco más de una semana descubrí que el parque que tengo bien cerca de mi casa es un lugar ideal para hacer ejercicio. Existen al menos tres categorías de personas a pie: las que caminan estilo paseo (en general de a dos y charlando), las que caminan rápido (sin conversar y concentrados en el ejercicio) y las que salen a trotar (los profesionales a quienes admiro). Yo estoy en la segunda categoría y con mucho orgullo. 
A éstas se suman al menos tres categorías de personas con ruedas: los que andan en bicicleta (profesionales y de paseo), los que usan rollers y los que van con el carrito del baby (sin querer resignar su vida de deportista debido a la paternidad).
Comencé hace tan solo nueve días a hacer caminatas a modo de complementar el gimnasio. El primer día me tracé en el googlemaps un recorrido de 5 Km., rodeando el parque y parte de mi barrio. Elegí esa distancia porque me anoté en una maratón de 5 Km. que organiza la empresa para la cual trabajo. Sinceramente no me siento capacitada para correr esa distancia ni por asomo, pero si me tienen paciencia el resto de los competidores y me esperan en la llegada, caminaré ese trayecto lo más rápido que me sea posible. Desde entonces caminé casi todos los días, menos los dos días que fui al gimnasio. Al principio hacía solo los 5 Km., luego aumente la apuesta primero a 7 Km. y hoy a 8 Km. Hasta el momento llevo recorridos 40 Km. en total, y espero ir incrementando la cantidad de Km. por semana. Los fines de semana están todas las categorías juntas, el sol motiva a todo el mundo a salir al aire libre. Ahora bien, los días de semana y sobre todo cuando arrecia el frío e incluso cae un leve llovizna, solo queda una categoría, la de los corredores profesionales y yo, como única fiel representante de los que salimos a caminar a toda velocidad. Espero no perder la motivación y continuar con mi rutina de ejercicio diario, iré sumando kilómetros y espero que restando algunos kilogramos.  
Lo importante es mantenerse en movimiento.

jueves, 2 de septiembre de 2010

La pregunta del millón

Todos o casi todos al conocerme y enterarse de que no soy de aquí, pese a que hablo bastante parecido, hacen la pregunta más obvia: ¿Porqué te mudaste a Buenos Aires?. La verdad que las respuestas dadas por mi, son variadas y no siempre se condicen con la realidad. Lo que pasa es que en realidad yo no estoy muy segura. En su momento creo que lo que me impulso realmente fue dejar el empleo que tenía antes de atentar contra la integridad física de mis jefes. Después se me fueron ocurriendo otros motivos, pero la verdad sea dicha, esos motivos los pensé después que ya había tomado la decisión. Todo comenzó con una pasantía en Buenos Aires. Me alojé en esa ocasión en un hostel de Palermo SOHO. Ahí me di cuenta de que en esta ciudad hay barrios lindos y tranquilos, y que no todo es el microcentro con su locura cotidiana. Mi decisión la comuniqué a mis jefes y familiares mediante sendos mails desde Salta la linda, donde también estaba de pasante. Cuando volví a Montevideo presenté mi renuncia formal y escrita, desmantelé mi departamento y me mudé. A veces cuando no tenía ganas de explicar mucho decía que me vine porque me enamoré de un argentino, pero la verdad que esa es la menos cierta de las respuestas. Algunas de las respuestas más sinceras incluyen que esta ciudad tiene más opciones en todos los sentidos, empleos, actividades culturales y cursos de los más diversos. También en cierto que aquí una se siente más libre que en una ciudad pequeña como Montevideo, dónde mal que nos pese es poco probable que no te encuentres con alguien conocido al salir el fin de semana. No es que sea tan pequeña Montevideo, pero como todas las personas suelen transitar solo una parte de la ciudad, dónde se encuentran los sitios de interés, es muy probable que se terminen cruzando a la salida del cine o en el mismo pub. Todos son detalles, que se van sumando y juntos me dieron motivos para cambiar de lugar. Por momentos, y sobre todo en los últimos meses, tuve que recordar estos motivos y pensar nuevos para no pensar en volverme a mi Montevideo natal. Pero luego de transitada la crisis volví a concluir que vivir aquí esta bueno. El único motivo que haría que la balanza se equilibre hacia la orilla oriental, se llama Nicolás y esta muy muy lejos, allá en la tierra de Abrahan Lincoln.

martes, 31 de agosto de 2010

Motivación y atentados terroristas



A ver, seamos sinceros: ¿A cuántos de nosotros nos gusta el empleo que tenemos?. Para mi la mejor medida es el estado de ánimo de los domingos a la tarde. Si el domingo a la tarde estas contenta y animada, pensando que lindo que fue el fin de semana y con curiosidad por ver a tus compañeros de trabajo, estás en lo máximo y hay que seguir en ese empleo. Ahora bien, yéndonos al otro extremo si los domingos a la tarde tenés ganas de ponerte a llorar o que ocurra un atentado terrorista para que se decrete día feriado al otro día, entonces es hora de cambiar de empleo. Claro que en medio hay toda una gama de incertidumbre. En este momento me encuentro en el primer caso, aunque claro está estoy a solo ocho meses de haber empezado un nuevo empleo y en el cual me han ido cambiando de posición varias veces. Es decir, todavía no tuve tiempo de aburrirme o entrar en una rutina monótona. Lo más que he estado en el mismo empleo han sido cuatro años y medio. Al principio adoraba ese empleo, me sentía súper contenta y motivada. Los últimos meses había llegado a tales niveles de histeria que quería poner yo misma la bomba del atentado terrorista. A mis compañeros los seguía queriendo y la verdad que hasta hoy en día los extraño mucho. Con ellos pasé momentos muy divertidos, conversando con una cerveza helada en verano y con un dulce licor en invierno, compartimos congresos científicos y hasta alguna caminata por las sierras de minas. Creo, espero, confío que para tener un empleo que a uno le guste, alcance con ponerle pensamiento positivo y buscarle la vuelta para que no se haga muy rutinario. Lo más importante, y que no depende de nosotros en lo absoluto, es tener un buen grupo de trabajo, compañeros que sean buena onda y con ganas de trabajar. Suelo quedar como una tonta porque me intereso en mi trabajo y me preocupa mucho hacerlo bien. La verdad que esta no es la regla general y es muy desmotivador cuando te hacen sentir una desubicada por querer cumplir con tu tarea y sentirte útil. Aunque siendo sincera, nunca entro en el promedio en tantas cosas que ya ni vale la pena angustiarme por eso. En unos meses más les cuento en que etapa estoy y si ya estoy preparando una molotov.

domingo, 29 de agosto de 2010

Esas pequeñas diferencias: Parte 2

Para que no se ofenda nadie de por estos lares quisiera comentar algunas pequeñas diferencias en donde BsAs salga favorecido respecto a Montevideo, por algo vivo aquí y no allá. Una de las tantas ventajas de vivir en esta ciudad es que hay mucho mas naturaleza de la que uno esperaría en una ciudad tan populosa. Aquí se tomaron muy en serio al diseñar la ciudad poner parques por todos lados. Donde sea que uno viva tiene al menos un parque cerca. Cuando vivía en Almagro tenía el parque de Rivadavia y el Centenario. En Palermo tenía todos los bosques de Palermo, con lagos y jardín japonés incluido. Ahora en Villa Urquiza disfruto de caminar bajo los árboles del parque Gral. Paz y el parque Sarmiento. Es una belleza tener árboles y pastito por todos lados, para disfrutar de la naturaleza ni bien comienza la primavera. Tan solo en el día de hoy caminé por el parque Gral. Paz al medio día y en la tarde tomé mate con una amiga en el Rivadavia. Además una ventaja arquitectónica de los edificios de esta ciudad hizo que todos los departamentos tengan balcones. Lo cual sumado a la hermosa costumbre de los capitalinos de llenar sus balcones de plantas, hace que todo tome un precioso color verde en esta época del año. No entiendo porque en Montevideo a los arquitectos no se les ocurrió hacer lo mismo. Cuando salgo a caminar por mi barrio me encanta ir viendo los balcones y imaginar como disfrutaría cada uno de ellos tomando mate rodeada de plantitas. Esto de las pequeñas diferencias da para muchos capítulos, para ir equilibrando voy a intentar intercalar los que favorezcan o desmerezcan a cada ciudad. Me gustan y mucho las dos ciudades, pero hay que admitir que toda ciudad tiene sus defectos y virtudes.

sábado, 28 de agosto de 2010

Esas pequeñas diferencias: Parte 1



Buenos Aires y Montevideo se parecen, pero no tanto. Es verdad que muchos arquitectos debieron ponerse de acuerdo, o quizás fueron los mismos, para hacer que fisonómicamente se parezcan mis dos ciudades favoritas. Una en la que vivo desde hace casi tres años y otra en la que viví mas de veinte (por razones de confidencialidad no puedo especificar el número). Buenos Aires siempre me fascino para pasear y literalmente pensé varias veces que nunca viviría aquí. Lo único que conocía de BsAs hasta ese momento era el circuito turístico, La Boca, la Av. 9 de julio, La Recoleta - Plaza Francia y el Zoológico. Ahora que conozco mucho más por suerte descubrí que hay rincones de tranquilidad en esta ciudad, en los cuales uno se puede refugiar del insoportable bullicio del centro en días de semana. Sin embargo, hay cosas que hacen que se diferencie tanto de Montevideo, algunas para bien y otras no tanto. Por ejemplo el tema distancias. Cuando intenté por primera vez moverme por la capital con un librito mágico llamado guía T, pese a que sí llegaba a mi destino, estos viajes primigenios tardaban horas innecesarias. En el librito mágico no aclara que los subte van más rápido y que hay zonas de la ciudad que a ciertas horas del día, en ciertos días de la semana, son absolutamente intransitables. Al principio veía que habían por ejemplo cincuenta cuadras del punto A al punto B, y asumía inocentemente que tardaría a lo sumo media hora en llegar. No obstante si se agregan algunos factores externos como: día de la semana, hora del día, método de transporte, frecuencia del método de transporte, zona de la ciudad que se pretende atravesar e incluso algunas variables climáticas; el resultado podía variar desde media hora hasta hora y media. Además hay que tener en cuenta que en Montevideo no existen los trenes y subtes. Es decir, para mi acceder a nuevos medios de transportes fue un gran cambio en mi vida. Tienen un funcionamiento muy distinto al conocido de los colectivos. Tanto trenes como subtes pueden llegar a asfixiar a las personas, derretirlas en verano de forma indescriptible y por supuesto dejarlas encerradas entre estación y estación tiempos inverosímiles. Eso de llegar tarde al trabajo porque te quedaste entre estación Pueyrredon y Miguelete, e incluso tener que pedir en la boletería un papelito para mostrarle al jefe que es verídico el cuento, son cosas cotidianas para los bonaerenses pero para los montevideanos NO. Tampoco es cotidiano para mis coterráneos tener que usar tres medios de transporte e incluso más,  para poder ir a un sitio. Para nosotros tener que combinar dos colectivos (llamados ómnibus en mi tierra) significa que es realmente lejos o trasmano el destino. Viajar dos horas para llegar a la casa de una amiga, tomar mate por dos horas y volver a recorrer dos horas mas de viaje me parece insólito, por lo ineficiente digo, solo disfruté dos horas de seis horas en total. Las pequeñas diferencias entre éstas dos ciudades son muchas, por eso da para más de un post.

miércoles, 25 de agosto de 2010

Un juego de poleas y contrapesos

Hace cuatro meses decidí que mi peso ya era más que suficiente, sobre todo más del suficiente. Empecé por abandonar los helados recurrentes, no quiero ni calcular los kilos y kilos de mascarpone y chocolate almendrado que comí este verano. El primer mes ya bajé un kilogramo de peso. El mismo día que me pesé caminé veinte pasos desde la farmacia hasta el gimnasio y me anoté. Empecé tiernamente a hacer gimnasia localizada y un método de tortura llamado G.A.P., que significa dolor en glúteos, abdomen y piernas al día siguiente. Pese a reírme bastante de mi muy mal estado físico, junto con algunas bochornosas clases de aeróbics poco coordinado, bajé en tres meses tres kilogramos más. Hoy en un acto de valentía, y con el ansia de bajar aún unos cuatro kilitos más, me inscribí en la sala de musculación. El profesor, un chico joven y atlético como debe ser, fue muy amable y paciente con mi torpeza. Al comienzo me trabé en la bicicleta fija, no entendí que si uno saca los piecitos de los pedales, los pedales continúan girando raudamente a la misma velocidad que cuando estaban los piecitos. Al parecer es necesario disminuir lentamente la velocidad antes de osar bajarse de la bicicleta. El resto de los ejercicios fue más exitoso, con el mínimo de pesas obviamente. Algo me dice que mañana me va a doler todo, menos el orgullo que quedo en su máximo esplendor.

martes, 24 de agosto de 2010

Gran desenlace en la casa del GH

Estaba nominado, todos lo sabíamos, con excepción de él que era impermeable a comentarios. Las alianzas de la casa estaban en su contra. Las escenas más delirantes habían estado sucediendo cada vez con mayor frecuencia. Discusiones sobre la comida, el baño, la ropa, y hasta un insólito caso de una tarjeta de crédito. El individuo finalmente abandonó la casa el día viernes pasado de forma voluntaria. Los demás integrantes se dispusieron a preparar la casa para darle la bienvenida al nuevo integrante de la casa del GH. Permanece como una incógnita quien será, hombre o mujer, artista o científico. El único prerrequisito hasta ahora impuesto es que no debe ser baterista ni motoquero. Aunque no dudo que el sedentarismo tampoco será bienvenido. Resta saber a donde se fue el individuo, si a la árida Patagonia, como dijo en su momento que sería su destino, o simplemente se esconde de sus enormes deudas a la vuelta de la esquina.

lunes, 23 de agosto de 2010

Mate, Bizcochos y Montevideo

El finde tocó visitar a la familia, hacía ya más de tres meses que no visitaba Montevideo. Voy súper re ansiosa en el colectivo, en el subte, en el barco y en el micro, hasta que después de cinco horas y media llegué a plaza cuba donde me esperan mis padres. Empecé comiendo una pizza casera de mi madre, las que más me gustan, y charlando hasta por los codos pese al sueño. El sábado comienza con bizcochos, mate y mas conversación con mamá. Como no podía faltar el tradicional paseo por la rambla de Montevideo, casi lo único que de verdad extraño, y mucho, de esa ciudad. Hace un par de veranos atrás en mi depto de Palermo, me estaba cocinando y en un acto de desesperación me fui con M para la costanera, con la ilusa esperanza que allí corriera vientito y no hiciera tanto calor. Terrible desilusión me llevé, después de eso no volví mas a la costanera, era un caldo donde no se movía ni el agua y para peor con olor a chorizo. Eso sí los inviernos aquí son más amables, menos fríos que allá donde el viento de la Sudestada te congela hasta el ánimo. El finde también aprovechamos para ir al río Santa Lucía, un río que separa Montevideo de San José, el departamento de al ladito. Me acordaba que cuando era chiquita fui con la primaria (escuela) y tomamos muestras de agua, pastito y medimos la profundidad del agua en la orilla. En esa época había un solo puente, que siempre me llamó mucho la atención por la estructura metálica que se veía al pasar. Ahora hicieron un puente moderno, mucho más grande y en comparación el puente viejo parece de juguete. Antes de volverme pasamos por un tenedor libre, donde tuve que hacer un acto de gran autocontrol para no arrasar con la mesa de postre. El regreso ya viene con menos ansiedad, un micro, un barco y dos colectivos después estaba en mi casa directo a la cama. Mis visitas son esporádicas y cortitas, pero se disfrutan mucho. De a poquito me he ido acostumbrando tanto a esta ciudad, que cuando voy allá no me siento en mi lugar, me siento extranjera. No entiendo de que habla la gente, no estoy al tanto de las noticias locales, ni tampoco puedo entender los precios en el supermercado. No recuerdo muy bien los colectivos, y me siento muy bastante extraña en mis propias tierras.

jueves, 19 de agosto de 2010

Estudiando, estudiando, estudiando...

¡Varios de estos libros fueron mis libros favoritos!
Soy estudiante crónica y sufro de abstinencia cuando no lo estoy haciendo. Cuando terminé el secundario (liceo) entre en la universidad con mucho miedo. Quería estudiar una carrera universitaria pero tenía mucho miedo de no poder hacerlo. En mi familia no es muy común estudiar más allá del secundario. Además ya tenía a mi hermana en la universidad y como siempre ella fue algo así como mi heroína, creía que no era cosas fácil eso de estudiar. Igual estaba muy contenta y fuí a comprar los boletos para estudiantes universitarios llena de orgullo. Al principio me costó bastante hasta que le tomé el ritmo y comencé a ser una estudiante bastante exitosa. Lástima, que no estaba muy al tanto de la vida real y cuando elegí la profesión no pensé nunca en que después iba a tener que trabajar en el mundo real y siendo bióloga no iba ser para nada fácil. Después ya no podía dejar de estudiar, y seguí con un postgrado, seguí estudiando hasta que cumplí los treinta y entre en crisis. Ahora trabajo todo el día, me gusta mi trabajo para ser sincera, y no tiene nada que ver con lo que estudié. Y lo que más añoro es seguir siendo estudiante.....el año que viene seguro me inscribo en algo.

miércoles, 18 de agosto de 2010

La Casa del GH


La casa del gran hermano, es mi casa. Un kilombo donde apenas con-vivimos cuatro humanos y un perro. Dos somos chicas y dos son chicos, el perro es perro y se llama Ramón. Cuando llamé para alquilar una pieza en la casa del GH, el aviso decía que vivían dos chicos y la verdad que por el aviso daba la impresión de que eran pareja. Cuando llegué me enteré que no eran pareja y que de hecho estaba por mudarse a la casa la novia de unos de los chicos. Por suerte la casa es grande, tres cuartos y bastante espacio. Claro que compartir los espacios comunes, sobre todo la cocina y el baño, no son cosa fácil. Uno de los chicos es una especie de elefante de mas de ciento cincuenta kilos, que se pasa cocinando como para una familia entera, pero se come el todo. El otro motivo de disputa es la lavarropas, la cual esta bastante destartalada y a veces no quiere encender. La casa es linda, y la verdad que mi pieza es inmensa y me da para tener todas mis cosas....pero la convivencia se complica.

martes, 17 de agosto de 2010

Viviendo en Villa Urquiza

Hola, mi nombre es Lucía, me gusta el apodo Lau porque soy la uruguaya a donde quiera que voy desde que vivo en Buenos Aires. Cuando me mudé a Baires, en los últimos días de diciembre de 2007, me mudé a un depto en Almagro. El depto era muy muy lindo, y grande, tenia dos cuartos y hasta tenía un balcón. El barrio era muy ruidoso para mi gusto, pero ahora viendo en retrospectiva me doy cuenta que era una zona preciosa para vivir porque tenia el parque Centenario y Rivadavia cerca. Además tenia el centro de Caballito con de todo para salir, cines, bares y comercios de todo tipo. Despúes conoci a un chico, llamemoslo M, y nos mudamos a Palermo. Me enamoré de ese barrio, tenía parque y llegaba rápido a todos lados. Viví en Palermo un año y medio y me fui de ese barrio pensando en volver si o si lo antes posible. Ahora estoy en Villa Urquiza, sin M y viviendo en una casa que parece más bien la casa del gran hermano, con alianzas, peleas y todo. Al final me encariñe con este barrio, es mucho mas tranquilo que Palermo. Es un barrio de casitas con jardin y eso me encanta.