sábado, 28 de agosto de 2010

Esas pequeñas diferencias: Parte 1



Buenos Aires y Montevideo se parecen, pero no tanto. Es verdad que muchos arquitectos debieron ponerse de acuerdo, o quizás fueron los mismos, para hacer que fisonómicamente se parezcan mis dos ciudades favoritas. Una en la que vivo desde hace casi tres años y otra en la que viví mas de veinte (por razones de confidencialidad no puedo especificar el número). Buenos Aires siempre me fascino para pasear y literalmente pensé varias veces que nunca viviría aquí. Lo único que conocía de BsAs hasta ese momento era el circuito turístico, La Boca, la Av. 9 de julio, La Recoleta - Plaza Francia y el Zoológico. Ahora que conozco mucho más por suerte descubrí que hay rincones de tranquilidad en esta ciudad, en los cuales uno se puede refugiar del insoportable bullicio del centro en días de semana. Sin embargo, hay cosas que hacen que se diferencie tanto de Montevideo, algunas para bien y otras no tanto. Por ejemplo el tema distancias. Cuando intenté por primera vez moverme por la capital con un librito mágico llamado guía T, pese a que sí llegaba a mi destino, estos viajes primigenios tardaban horas innecesarias. En el librito mágico no aclara que los subte van más rápido y que hay zonas de la ciudad que a ciertas horas del día, en ciertos días de la semana, son absolutamente intransitables. Al principio veía que habían por ejemplo cincuenta cuadras del punto A al punto B, y asumía inocentemente que tardaría a lo sumo media hora en llegar. No obstante si se agregan algunos factores externos como: día de la semana, hora del día, método de transporte, frecuencia del método de transporte, zona de la ciudad que se pretende atravesar e incluso algunas variables climáticas; el resultado podía variar desde media hora hasta hora y media. Además hay que tener en cuenta que en Montevideo no existen los trenes y subtes. Es decir, para mi acceder a nuevos medios de transportes fue un gran cambio en mi vida. Tienen un funcionamiento muy distinto al conocido de los colectivos. Tanto trenes como subtes pueden llegar a asfixiar a las personas, derretirlas en verano de forma indescriptible y por supuesto dejarlas encerradas entre estación y estación tiempos inverosímiles. Eso de llegar tarde al trabajo porque te quedaste entre estación Pueyrredon y Miguelete, e incluso tener que pedir en la boletería un papelito para mostrarle al jefe que es verídico el cuento, son cosas cotidianas para los bonaerenses pero para los montevideanos NO. Tampoco es cotidiano para mis coterráneos tener que usar tres medios de transporte e incluso más,  para poder ir a un sitio. Para nosotros tener que combinar dos colectivos (llamados ómnibus en mi tierra) significa que es realmente lejos o trasmano el destino. Viajar dos horas para llegar a la casa de una amiga, tomar mate por dos horas y volver a recorrer dos horas mas de viaje me parece insólito, por lo ineficiente digo, solo disfruté dos horas de seis horas en total. Las pequeñas diferencias entre éstas dos ciudades son muchas, por eso da para más de un post.

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